viernes, 4 de diciembre de 2009

Dame, dame tu vida. Dame y tendrás mi piedad.
Dame la sed de tus ojos acorazados y dame tu insolencia también.
Rara vez ésta vida tiene sentido, amor; y así ves que hasta mi sombra brilla en ésta ciudad.
Caen, caen al fin, caen los disfraces, caen desnudándote mientras unos fantasmas, fieles amigos ríen de vos y se roban tu fe.
Vas copiando tu herida sobre un pañuelo rojo, y ya sabés que jugando al borrego, te van a carnear.
Risas en el taller del diablo, trampas para tu soñar. No vas a ser esclava del paraíso, vas a bailar un Rock Yugular.
Te ves en el pequeño espejo del mundo de hoy, y no querés que la lima del tiempo lo muerda otra vez.
Dame, dame tu vida. Dame y tendrás mi piedad.
Dame la sed de tus ojos acorazados, y dame, mi amor, tu insolencia también.