viernes, 31 de mayo de 2013

Esto de escribir, creo, no es lo mío.  Pero, ¿quién sabe?
¿Cómo somos capaces de saber lo que realmente sí es para uno? ¿Existe algún tipo de fórmula que lo demuestre? ¿Acaso necesitamos la ayuda de algún adivino o genio escondido dentro de una lámpara mágica? Sería tan fácil si eso fuera así...
Obviamente, esas son cosas que sólo ocurren en las películas, en los cuentos, o en la imaginación de algunos.  De vez en cuando no está mal pensar en ese tipo de cosas, aunque bien sabemos que eso solo sucede en nuestras mentes.
Sinceramente, no sé por qué razón me encuentro, acá, ahora escribiendo esto.  Puede que sea un lapso pasajero de inspiración, que dure minutos o sólo segundos.
Con todo este tema de la imaginación (y acá es cuando cambio de tema bruscamente), quisiera hablar acerca de una película que vi por segunda vez hace un par de días.  La misma, titulada "El efecto mariposa", me dejó pensando en lo siguiente: ¿podemos viajar por medio de nuestros recuerdos al pasado, para así modificarlo y con ello corregir nuestro presente y futuro?  Re loco, ¿no?  A lo mejor todos tuvimos esos momentos en los que decimos "¿y si hubiera hecho esto en vez de eso?", "¿y si hubiera actuado así en vez de asá?"  Pero ya está.  Lo hecho, hecho está.  Hay que fijar la mirada en el horizonte, y no perderlo de vista.  Avanzar sin retroceder, esquivando y superando todos y cada uno de los obstáculos que puedan presentarse.  No desanimarse si algo no sucede conforme al plan.  Amar cada situación y circunstancia.  Amar, siempre amar.