miércoles, 17 de junio de 2009

En el principio fue la compasón, y el principio es la mitad de todo. A partir de entonces, ciertas mentiras dieron vergüenza.
Sucidio asi: Una gloria mucosa cayo del cielo y alli donde cayo se alzaron la carne del lobo y la del gemelo enrulado con hechuras de cosa humana.
Sobre esta tierra mansa reinó, entonces el germen verdadero de la muerte con la dulce sangre en sus fauces.
Desde ese momento el nuevo diablo fue seductor solo para la inocencia y vistio la piel del lobo diciendo:
Corderito, soy el miedo que te muerde cuando la muerte baila sobre tus cuadriles perfumados.
Cuando olfatea tu carne tibia de fetiche, de idolo adorado que no beso la cola del primer satán, porque nunca dejo de recordar que el sufrido viejo tambien fue un angel.
Corderito... no es bueno mantener al lobo hambriento (terminas con el corazon en la boca, te lo digo yo ji ji).
Vos, corderito, multiplicaste tu crueldad durante milenios. No tuviste compasión. No hiciste uso del movimiento del alma que nos hace sensibles al mal que padecen los demás.
Querido corderito... a partir de ahora perderas tu inocencia, pero no temas, la perdida de la inocencia traerá belleza a los ojos. Recién ahora podrás mirar la naturaleza con melancolia.
Este lobo hechicero que soy, sabirá al cielo consumido por tus palabras. Te dejare las sobras, y aunque es verdad que hay un mundo en ellas, ascenderé con la esperanza de que no te pruebes la piel que yo gasté. Porque... querido corderito... Aquí es el más allá!

PD: El próximo diluvio te vuelvo a ver.

Siempre tuyo.
LUPUS EL LOBO